El Mindfulness es una de las disciplinas más recomendadas desde el ámbito terapéutico y la psicología. Como hemos explicado en ETIF, el Mindfulness nos permite restablecer una conexión con nosotros mismos y, por lo tanto, vivir el presente y reducir el impacto de algunas de las amenazas psicológicas más importantes actualmente, como el estrés. No se trata de una atención pasiva sino plenamente intencional. Es decir, voluntariamente se conecta con el mismo cuerpo dando paso a un estado de concentración. Además, son muchos los beneficios que se pueden obtener con la realización de esta práctica como puede ser el incremento de la capacidad para la gestión emocional o la potenciación de la creatividad. En este artículo, se ofrecen algunas técnicas para la práctica del Mindfulness.

Técnicas para la práctica del Mindfulness
Técnicas para la práctica del Mindfulness / Fuente: Pixabay.com

La práctica del deporte: el ejercicio consciente es uno de los elementos más importantes que se pueden llevar a cabo en esta materia. Es importante, aun así, que este ejercicio sea consciente y la persona haga una conexión con su cuerpo para detectar la respiración y sentir las sensaciones. Una de claves es dejar fluir todos los pensamientos y emociones sin dictaminar un juicio sobre ellos. El Yoga es otro de los ejercicios que nos permiten llevar a cabo una meditación, entendida como la concentración en la respiración de uno mismo y la medicación. Es una disciplina que recoge varios componentes como es el movimiento físico con esta meditación.

Precisamente,  la respiración es uno de los elementos clave del Mindfulness. La conocida como bmindful breathing o «respiración consciente» se basa en el ejercicio de este proceso vital desde una posición consciente. Esta atención en la respiración nos permite establecer esta conexión con el cuerpo y promover una concentración en las sensaciones que van surgiendo paulatinamente.

Un aprendizaje progresivo

Es importante destacar que, progresivamente, la capacidad de fluir se irá incrementando. En esta misma línea, el análisis corporal es fundamental para poder atender a los procesos internos de nuestro cuerpo. Es una técnica óptima para establecer un contacto efectivo con el cuerpo y conducir a la mente a un estado de más relajación. Eso si, de manera consciente.

Otra de las técnicas para la práctica del Mindfulness es la escritura o las actividades que requieran de una concentración y un desarrollo creativo importante. Es clave que exista esta concentración en la actividad que se está llevando a cabo. Si los pensamientos que surgen se interpretan, se juzgan y condicionan el ejercicio que se está llevando a cabo, no se estarán dejando fluir de manera suficiente. Es un ejercicio progresivo y que requiere de un esfuerzo mental, por lo tanto, el desarrollo de la capacidad para llevarlos a cabo será progresivo.

Una de las claves que se comparten entre las diferentes actividades o técnicas que se explican es la conciencia. Es importante que en el momento que se despliegan y se llevan a la práctica estas técnicas, se haga de manera voluntaria y dejando fluir las sensaciones. El objetivo principal es la conexión con el cuerpo y la atención plena en el presente, en el ahora. Desde ETIF, ofrecemos un curso de Mindfulness y Resolución de Conflictos para formar en el proceso de toma de conciencia y su reflejo en la toma de decisiones.