La palabra Mindfulness ha sido adaptada por buena parte de las técnicas que utilizan los profesionales de la psicología, pero, ¿cuáles son realmente sus efectos?

Midnfulness se traduce como «atención plena» o «plena consciencia» así que la técnica proviene precisamente del nombre, aunque su práctica se remonta a finales del S.VII, a.C, vinculada a la aparición de la religión budista.

El objetivo fundamental de Mindfulness es dejar de lado la velocidad y las dinámicas trepidantes del día a día mediante la concentración «full» o plena en el aquí y en el ahora, es decir, en el momento presente. De esta manera, a través de la concentración, Mindfulness se convierte en un buen diálogo con la ansiedad, por ejemplo.

Algunos beneficios

  1. Mindfulness como diálogo con la ansiedad: una de las aportaciones en términos de beneficios de Mindfulness es la capacidad de la que dota a las personas para regular los niveles de cortisol, la hormona activada por las situaciones de estrés. Este estrés está generado precisamente por el estilo de vida característico de la sociedades actuales.
  2. La cuestión del insomnio:  el hecho de disponer de una mayor y mejor gestión emocional facilita el control de los niveles de cortisol que suelen situarse, en estas condiciones, a niveles bajos. Esta es la situación óptima para dormir mejor.
  3. Un ejercicio para la concentración: la misma técnica de Mindfulness se basa en la concentración. La clave es el entrenamiento de la conciencia en el ahora y, por lo tanto, dirigir la atención plenamente a un proceso mental de atención en el presente y cierta quietud. Su práctica ayuda a mejorar la capacidad de dirigir el foco hacia un solo elemento.
  4. La perspectiva social: el Mindfulness también puede tener un impacto positivo en la manera de relacionarse con los demás. Con esta técnica se puede modular la forma de comunicar las emociones a otra persona.
  5. Una herramienta para potenciar la memoria: en solo unas semanas de práctica de Mindfulness puede mejorar exponencialmente la capacidad relacionada con el uso de la memoria así como la comprensión lectora, de concentración o de trabajo.

La formación, de la mano del Mindfulness

Los beneficios de la meditación no pertenecen únicamente al momento de la meditación sino que repercuten en el camino que le precede y a la práctica posterior. Como explica el portal Psicología y Mente, «solo un educador consciente puede educar de forma consciente». Por eso diferentes autonomías del Estado imparten cursos de Inteligencia Emocional para formadores. De hecho, la responsabilidad de «promover una serie de valores y habilidades en los estudiantes para su desarrollo dentro de la sociedad» hace que sea fundamental que el equipo docente de los centros sea capaz de gestionar las emociones.  Es en las situaciones críticas como momentos de enfermedad, ansiedad o estrés, donde Mindfulness puede tener un papel no solo de intervención, sino también de prevención.

Sobre los profesores, los beneficios pueden ser muy variados, desde aumentar la «receptividad antes las necesidades de los alumnos» hasta mejorar «el clima del aula». Además, para el propio formador es una técnica que le puede permitir disfrutar de un mayor bienestar general y de más autoestima. Todo esto se suma al «enfoque atencional», básico del propio Mindfulness. En el caso de los alumnos hay efectos positivos también no solo en «cuestiones conductuales» sino que incluso podría contribuir a «una mejora en sus resultados académicos».

Por consiguiente, Mindfulness no solo es una técnica importante para la formación. Paulatinamente, se está consolidando como una herramienta transversal en buena parte de los sectores en los que el estrés, la ansiedad u otras afectaciones psicológicas pueden convertirse en una amenaza.

Puedes aprender a gestionar mejor tus emociones y mantener esta atención en el presente a través del Curso de Mindfulness que se ofrece desde ETIF.